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Introducción Galerías

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“…para que todos los chilenos y chilenas se reencuentren en la verdad y en el reconocimiento de su historia, como una forma de proyectar estos dolorosos hechos al futuro y al conocimiento de las nuevas generaciones, facilitando la expresión de valores de respeto a la dignidad de las personas y a la democracia”.

Esta necesidad de impulsar y promover políticas de memoria fue expresada en las recomendaciones de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (1991) y de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (2005). En ambas se manifestó la necesidad de que el Estado dispusiera recursos y medidas destinadas a reivindicar la dignidad y la memoria de las víctimas e impulsar iniciativas que, incorporando el conocimiento, la reflexión y el aprendizaje sobre lo vivido, promovieran una cultura respetuosa de los derechos humanos.

No obstante, la idea de la creación del Museo no respondió únicamente a las recomendaciones de las Comisiones de Verdad, sino también a las históricas demandas de las organizaciones de familiares y de organismos de defensa de los derechos humanos, quienes a través de la lucha por verdad y justicia buscaban que se visibilizara públicamente lo ocurrido a través del rescate de la memoria y la reivindicación moral de las víctimas, y cuyos archivos fueron declarados Memoria del Mundo por la Unesco.

El Museo fue inaugurado el 11 de enero de 2010

Desde entonces, ha enfocado su misión en visibilizar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado de Chile durante la dictadura civil-militar, dignificar a las víctimas y sus familias y destacar la resistencia del pueblo chileno y la cooperación internacional contra el régimen militar, poniendo a la luz pública una memoria colectiva construida a partir de testimonios y objetos que permearon para siempre la memoria nacional.

Además tiene la misión de educar para la paz convocando a la ciudadanía a la reflexión sobre las consecuencias de la intolerancia y la necesidad de una cultura de inclusión, resolución pacífica de conflictos, respeto por la diversidad, solidaridad y la valoración recíproca; y A través de sus objetos y exhibiciones, seminarios, foros, publicaciones, visitas guiadas y proyecciones audiovisuales, el Museo buscará transmitir a los visitantes sensaciones y vivencias destinadas a facilitar la reflexión y el aprendizaje del valor de una cultura basada en el respeto de los derechos humanos.

Actualmente conserva, resguarda y exhibe miles de objetos y documentos que dan cuenta de los hechos ocurridos durante la dictadura chilena, y que constituyen fuentes esenciales e imprescindibles para el conocimiento del pasado, el entendimiento del presente y la construcción del futuro. Sus colecciones son un patrimonio de acceso público, a las cuales es posible acceder a través de plataformas digitales o de forma presencial en el Centro de Documentación o el Centro de Documentación Audiovisual, ambos especializados en temas de memoria y derechos humanos.

Hitos Fundación

El 6 de junio de 2006, la entonces Presidenta Michelle Bachelet había conforamado una Comisión Asesora Presidencial para la formulación y ejecución de las políticas de derechos humanos, la cual trabajaría en el desarrollo y supervigilancia de todos los programas de gobierno en apoyo y reparación a las víctimas de violaciones de derechos humanos y sus familiares.

Fue dentro de esta instancia en la que se gestó la idea de reparar moralmente a las víctimas a través de la construcción de un Museo de la Memoria. Entonces, se le encargó a la secretaria ejecutiva de la Comisión, María Luisa Sepúlveda, que constituyera un equipo de trabajo dedicado a construir el guión, la muestra permanente y la supervisión de un nuevo edificio.

Para la construcción del concepto y guión, se realizaron entrevistas con las organizaciones de víctimas de derechos humanos, diversas instituciones como museos y archivos. Además, con asesoría de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), se realizaron cerca de 70 entrevistas en profundidad a actores relevantes de derechos humanos, de la academia y de la museografía, para recoger sus opiniones respecto de cómo implementar la muestra museográfica.

Conjuntamente se realizaron focus-groups con distintos participantes no vinculados a las temáticas de derechos humanos, estos categorizados según edad, nivel socioeconómico -incluyendo escolares y profesores- para indagar sobre cómo acceder al conocimiento de los hechos relacionados con las violaciones de los derechos humanos ocurridas en tiempos de la dictadura civil-militar.

Existía consenso entre los entrevistados que los derechos humanos era un tema no resuelto en el país y que su abordaje había sido parcial, conflictivo y poco transparente. Sin embargo, se consideraba un tema ineludible. “No habrá un momento ideal de la historia para abordarlo pero, sin duda, no puede constituir por siempre un asunto pendiente”.

Concluida esta etapa, a través de un Concurso de Ideas convocado por la Subdirección de Museos de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), se seleccionó a la empresa de museografía que asesoró la muestra estable del proyecto. Se presentaron cinco empresas especializadas en montaje museal, con equipos profesionales y asesores especializados.

Jurado: Alan Trampe, subdirector nacional de Museos, DIBAM; Marcia Scantlebury, encargada del proyecto museográfico por la Comisión Presidencial en Derechos Humanos; Carolina Rivas, asesora de Cultura, Ministerio de Educación; Eliseo Huencho, director de Arquitectura de la Región Metropolitana, Ministerio de Obras Públicas; Claudio González, Corporación Casa de la Memoria; Rosemarie Bornand, secretaria ejecutiva Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior; Carlos Aldunate, director Museo Chileno de Arte Precolombino; Pedro Milos, director del Departamento de Historia, Universidad Alberto Hurtado; y Mario Irarrázabal, escultor y artista visual.

El 10 de septiembre de 2008 el jurado acordó otorgar el primer premio a la propuesta de la empresa Árbol Color, la que asesoró al equipo del Museo para dar forma y ordenar los contenidos de un guión museográfico, interrelacionando el relato histórico con las colecciones de objetos y archivos de memoria, además de el diseño de los soportes de la exposición permanente.

El Archivo conserva, resguarda y exhibe miles de objetos y documentos que dan cuenta de los hechos ocurridos durante la dictadura chilena, y que constituyen fuentes esenciales e imprescindibles para el conocimiento del pasado, el entendimiento del presente y la construcción del futuro. Sus colecciones son un patrimonio de acceso público, a las cuales es posible acceder a través de plataformas digitales o de forma presencial en el Centro de Documentación o el Centro de Documentación Audiovisual, ambos especializados en temas de memoria y derechos humanos.

La base de las colecciones son los Fondos Documentales declarados por UNESCO como parte del Programa Memoria del Mundo, específicamente de los organismos reunidos en la Casa de la Memoria: Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), Fundación de Protección a la Infancia Dañada por los Estados de Emergencia (PIDEE) y Archivos de Teleanálisis; así como diversos documentos y objetos provenientes organismos de derechos humanos en Chile y el mundo, de organizaciones de víctimas y familiares, colecciones personales y documentos generados por la administración del Estado.

Durante estos diez años, los fondos museográficos del Museo se han ampliado a partir de las donaciones de distintos archivos ligados a la memoria familiar y colectiva de los propios donantes, quienes han llegado de diversas partes de Chile.

Esta labor de registro de voces e imágenes de hombres y mujeres, niños, niñas y adolescentes protagonistas de la historia ha ayudado a la institución a constituir uno de los mayores archivos orales del país sobre temas tan importantes como la experiencia del asilo-exilio, la clandestinidad, el sindicalismo, el movimiento cultural, así como de quienes participaron en iniciativas de protección de la infancia dañada.

A través del Ministerio de Bienes Nacionales, se asignó un terreno frente al Parque Quinta Normal, en el cuadrante definido por avenida Matucana, calle Santo Domingo, calle Chacabuco y calle Catedral; ubicación que permitía potenciar el Circuito Cultural Santiago Poniente, integrado por diversos museos y entidades culturales con fácil acceso a medios de transporte.

Una vez determinado el lugar donde se emplazaría, la Comisión Asesora y el Ministerio de Obras Públicas acordaron llamar a un concurso internacional de arquitectura, patrocinado por el Colegio de Arquitectos de Chile. El edificio sería construido paralelo a la museografía, ya que de este modo se podrían cumplir los plazos establecidos.

Refiriéndose al proyecto arquitectónico del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, la entonces Directora Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, Verónica Serrano, expresó: “Complejo y trascendente desafío, construir un edificio que reflejara cómo nuestra sociedad se hace cargo del tema de las violaciones de los derechos humanos (…) Hacía falta un espacio donde la sociedad en su conjunto abordara integralmente el tema”.

407 propuestas se inscribieron en el concurso de las cuales 57 fueron aceptadas. Fue premiada la propuesta presentada por el equipo de arquitectos de Sao Paulo integrado por Mario Figueroa, Lucas Fehr y Carlos Dias, a la cual se asoció el arquitecto chileno Roberto Ibieta, quienes comenzaron a construir en diciembre de 2008.

La construcción del Museo estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas (MOP), específicamente de la Dirección de Arquitectura. Las obras en terreno se iniciaron en noviembre de 2008, para ser inaugurado el Museo en enero de 2010. El arquitecto Miguel Lawner, en representación de la Comisión Asesora Presidencial para Políticas de Derechos Humanos, fue el asesor permanente del proyecto arquitectónico.

La obra se concibió finalmente como una manzana abierta que armoniza con las construcciones existentes. Se creó una plaza conformada en un costado por el cuerpo principal del Museo, y por el lado opuesto por una Escuela Pública de dos pisos, construida en los años 30, que aparece integrada naturalmente a este nuevo espacio público.

La estructura del Museo consigue una luminosidad natural que genera efectos inesperados, de gran simplicidad argumental y coherencia con el objeto del Museo. Como señaló Miguel Lawner Steiman, Premio Nacional de Arquitectura 2019, una particularidad del Museo es el tratamiento del espacio interior “Los tres niveles se integran mediante un juego admirable de vacíos en virtud del cual el visitante tiene permanentemente la noción de conjunto. Al ingresar al primer nivel se abre una visión imponente ya que se ingresa a una nave de 15 metros de altura, semejante a una catedral gótica, a la cual confluyen los pisos intermedios mediante balcones acristalados, que se asoman o se recogen”.

Ciertamente, la imponencia del cuerpo central del edificio manifiesta la presencia que la memoria alcanza en el entorno público, pero quienes fueron responsables de la elección lo más importante era que sus objetos no estuvieran escondidos y en salas oscuras. Todo lo contrario, la transparencia misma del edificio y su luminosidad fuera la metáfora de un pasado memoria que se ha libró de los constreñimientos que la mantenían adherida a los recatos exigidos por la restitución “Desde su exterioridad, el Museo ilumina el recuerdo oscuro del pasado, inscribiendo la herida en el espacio público, porque la imponencia del edificio así como la magnitud de la herida, interpela al transeúnte produciendo un “alto” en su discurrir diario: al incrustarse  físicamente en el espacio urbano, la memoria resulta imposible de esquivar”.

En el exterior del Museo se ubica la Plaza de la Memoria, escenario de conciertos y manifestaciones culturales. En un muro lateral de la Plaza de la Memoria se encuentra el mural de Jorge Tacla que honra la memoria del músico, cantautor, profesor y director de teatro Víctor Jara, asesinado en 1973 en el Estadio Chile, recinto que hoy lleva su nombre. El mural contiene los últimos versos escritos por Víctor Jara durante su detención. También se encuentra la obra del artista visual Alfredo Jaar titulada La Geometría de la Conciencia y del artista Fernando Prats concebida para rendir homenaje al ex Comandante en Jefe del Ejército de Chile, quien fue asesinado junto a su esposa Sofía Cuthbert en un atentado perpetrado en Buenos Aires, Argentina en 1974.

Ceremonia donación y firma: Hogar casa de la juventud “El encuentro” en La Moneda.

Basado en el principio de que lo público no se reduce al Estado, se decidió entregar autonomía al Museo en las decisiones museográficas, comprometiendo un presupuesto anual para su regulación y funcionamiento.

Para dirigir los lineamientos estratégicos de la institución María Luisa Sepúlveda y María Eugenia Rojas, presidenta de Casa de Memoria crearon una fundación como personas naturales;

La Fundación Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, fue constituida por un directorio de 14 personas, seis representantes de instituciones y organismos de derechos humanos, Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, Fundación Archivos Vicaría de la Solidaridad; Universidad Alberto Hurtado; Universidad Diego Portales, y Universidad de Chile y que se mantendrían en tanto durara su cargo. A título personal y con carácter permanente fueron: Carolina Tohá, Milan Ivelic, Agustín Squella, Óscar Godoy, Arturo Fontaine, Andrés Aylwin, Marcia Scantlebury y María Luisa Sepúlveda, quien ejerce hasta la fecha la presidencia de la Fundación. La ex Presidenta Michelle Bachelet se integró una vez que dejó su mandato en marzo de 2010.

Desde su inauguración hasta la fecha el Museo ha tenido tres Directores Ejecutivos: Rommy Schmidt, Ricardo Brodsky y Francisco Estévez, actualmente en esa función.

Noticia “En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Presidenta Michelle Bachelet participó en la ceremonia de presentación y colocación de la primera piedra del Museo de la Memoria.

El recinto, que tiene por objetivo resguardar material histórico relativo a los derechos humanos como los informes Valech y Rettig, estará listo en noviembre del próximo y se ubicará en calle Matucana con catedral, según informó radio Cooperativa.

Durante la ceremonia, la Presidenta pidió al país que no olvide lo sucedido durante el gobierno de Augusto Pinochet, sin importar la tendencia política que se tenga, ya que “sobre el costo humano que Chile pagó, no debería haber discrepancias (…) nadie puede negar, desconocer, minimizar o banalizar la tragedia de las violaciones a los derechos humanos en el país”. En la misma ceremonia, la mandataria promulgó la ley que ordena la construcción de un memorial a las víctimas del régimen militar”.

Por Adriana Valdés
La obra de Alfredo Jaar, ubicada bajo la plaza frente al nuevo Museo de la Memoria, tiene varios rasgos que conviene destacar: Es una obra autónoma, que por su emplazamiento se vincula con el Museo y se entiende en relación con él: su contexto es el Museo. Ofrece una experiencia distinta y complementaria. No la historia ni los datos, sino la exploración abierta y compleja de pensamientos y sentimientos, a la manera de un poema.
Es una obra subterránea, opaca: el edificio transparente del Museo se despliega en el espacio, hacia lo ancho y hacia lo alto; la obra crea un espacio diferente, al que se debe bajar, y con eso sugiere otro tipo de recogimiento y otro tipo de experiencia, que se suma a la del museo y la potencia de manera distinta.
Es una obra que, contra la mirada distraída con la que se suele recorrer los museos, pide al espectador unos minutos de su tiempo para ofrecerle una experiencia multisensorial, que va a rodearlo, y que pueden vivir y apreciar todos, desde los niños hasta los adultos, desde los menos informados hasta los más informados.
Es una obra que se produce con la luz y la oscuridad: sensorialmente, y también en el conocimiento y el pensamiento. El espectador debe entrar a un espacio cerrado, quedarse unos minutos, ajustar su vista, y vivir corporalmente la intensificación y la desaparición de una intensa luz. Esta es una condensación, una metáfora, que evoca la presencia y la ausencia al mismo tiempo, y desencadena un conjunto de asociaciones y de pensamientos que varían según cada uno, pero se centran en el tema de la presencia, la desaparición y la memoria.
Las 500 siluetas, todas reconocibles e identificables, que aparecen y desaparecen en la obra, son las de chilenos y chilenas; una gran proporción de ellas corresponden a los detenidos desaparecidos, pero otras son de personas vivas. No crea una marginación de las víctimas. La obra trabaja con la pérdida sufrida por todos a causa de los crímenes cometidos durante la dictadura: todos, los desaparecidos y los que quedan. Se refiere a la pérdida para la vida del país, y se abre a la experiencia humana universal de la muerte, la desaparición, el recuerdo y la presencia.

La obra trabaja con siluetas y no con imágenes fotográficas, pues estas se encuentran en el Museo.
La luz proviene desde dentro de las siluetas. Es desde ellas, desde el conjunto que forman, de donde viene cualquier comprensión o interpretación posible; esto pone al espectador (y al artista, por qué no) como un deudor de la intensidad que crea la presencia evocada de esas personas.
Evocar a la vez la presencia de los muertos y la de los vivos sugiere el compromiso histórico actual que significa la memoria: es la construcción conjunta del futuro la que está pendiente, y no sólo el lamento del pasado.

La multiplicación infinita de las siluetas, y el modo cómo se acentúa y disminuye la luz que proviene de ellas e ilumina el espacio oscuro, crea a su vez una sensación de la inmensidad inconmensurable de la pérdida que significa la desaparición de las vidas humanas, tanto para las personas como para la colectividad.

El mural del artista Jorge Tacla está inspirado en el último poema escrito por Victor Jara en el Estadio Chile, que fue sacado en pedazos por los compañeros de prisión del cantautor. En la ejecución del mural -ubicado en un costado del acceso principal del Museo- participaron artistas y obreros soldadores, estableciendo una relación transversal entre los oficios.

Escribe Jorge Tacla, Nueva York, 29 de Julio, 2009
Se trabajará con el Poema escrito por Víctor Jara en el Estadio Chile, septiembre de 1973. Esta obra fue entregada a sus compañeros en fragmentos para ser sacada del Estadio. Más tarde el Poema fue entregado a su viuda, Joan Jara.

Es la primera vez que se otorgan los derechos de esta obra, la cual constituye un registro vívido que desde el lugar de la violencia representa la última expresión de un artista bajo la amenaza de la muerte. Este poema nos involucra tanto a los chilenos como al resto del mundo.

Formalmente, la obra tendrá como soporte el muro de cemento ubicado en uno de los accesos al Museo dela Memoria, el cual se laminará con planchas metálicas esmaltadas en blanco, separadas del muro por una estructura que se evidenciará visualmente en sus contornos. Este soporte establece una distancia formal entre el muro y las planchas que evocan la materialidad del Poema de Víctor Jara.

En la ejecución del trabajo del muro participarán artistas y obreros soldadores, estableciendo una relación transversal entre los oficios. Las planchas metálicas serán intervenidas con sopletes industriales haciendo del quehacer artístico una metáfora al dolor.

La imagen corresponderá a la escritura del poema “Estadio Chile” estructurada en fragmentos, evocando así la manera en que salió del estadio. A su vez, el texto será intervenido por manchas accidentales como registro del calor que en su expresión más figurativa, se visualizarán como formaciones óseas y traumas.

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El Museo fue inaugurado el 11 de enero de 2010 con una exposición permanente basada en los Informes de las Comisiones de Verdad. Desde entonces, ha enfocado su misión en visibilizar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado de Chile durante la dictadura civil-militar, dignificar a las víctimas y sus familias y destacar la resistencia del pueblo chileno y la cooperación internacional contra el régimen militar, poniendo a la luz pública una memoria colectiva construida a partir de testimonios y objetos que permearon para siempre la memoria nacional.

Discurso Michelle Bachelet.  Bachelet, Michelle (11 de enero de 2010). «Discurso de S.E. la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, en inauguración del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos».